28 de noviembre de 2005


02.- De Arceniega a Menorca



De los achacosos y húmedos muros del Convento vasco a las soleadas y alegres calas menorquinas, apenas han pasado unos días, eso sí, muy intensos; viajes por carretera, aeropuertos, aviones… El viajero rodeado de su familia y algunos amigos se dispone a pasar unos días de tranquilidad en alguna pequeña isla cercana y ello supone el poner en marcha una pequeña infraestructura. Nada que no se pueda resolver en pocos minutos; billetes de avión, tarjetas de embarque, tarjeta del parking, tarjetas de crédito, tarjetas de la Seguridad Social, tarjetas postales, botiquín, pastillas para la fiebre infantil, píldoras para estados hipertérmicos, pastillas para diarrea infantil, comprimidos anticolitis agudas, pastillas para el estreñimiento infantil, diuréticos para adultos, crema solar " Body Milk", crema solar "Piz Bun", crema solar "Vichy" crema after sun "Body Milk", crema after sun "Piz Bun", crema after sun "Vichy", un bote de Aposán, un frasco de Rhinomer, un tubo de Thrombocid, un sobre de Augmentine, un tubo de Diprogenta, una pomada Mustela, una caja de Airtal Difucrem, tres de Aspirina efervescente Bayer, pastillas de Febrectal, dos tubos de Azarón, un frasco de Rinocusí vitamínico, una caja de Febrectal en comprimidos, cinco ampollas de Nolotil en suspensión, un frasco de Micebrina, una caja de supositorios Gelosán, una caja de Mahou cinco Estrellas, dos botellas de Ballantines, una de Polaramine, otra de Nicopén, una dosis de Parlodel, un frasco de Inistol, dos tubos de Ibitane, dos de Signal Plus, un cartón de Ducados y unas galletitas de chocolate para ir picando en el avión. A los dos días de deshidratarse por aquella isla y pensando que podía tener desde una peritonitis aguda hasta un ataque de apendicitis, el viajero decide visitar al médico de la localidad y salir de dudas. Diagnóstico: inflamación de colon. Prescripción: descanso y dieta durante una semana. Tratamiento: Colonestrip en suspensión, Diurisán en gotas y jamón de York en lonchas finas. El técnico echa una mirada rápida por el botiquín que transportaron a la isla con la vaga ilusión de que aparezcan, entre tantos botes, algo parecido al Colonestrip o al Diurisán. Sin éxito. Pasa la semana de dieta del viajero y pasa la semana en la cual debían manifestarse los síntomas menstruales de su mujer. Después de utilizar todos los métodos al alcance se convencen de que es un embarazo en toda regla. Al reposo del viajero se une el de su mujer con lo cual solo queda activo Diego, el hijo de ambos. Van pasando rápidamente los últimos días de verano y después de un caluroso y muy penoso regreso, cada uno vuelve a hacer frente a sus obligaciones cotidianas con más incertidumbre que verdadera emoción. El técnico comienza a preparar nuevos viajes... Pamplona, Cádiz, Alicante... Congresos, Simposios, Reuniones, Conferencias. . . Informática, Medicina, Marketing. . . El técnico se pierde en un sinfín de sitios, temas, gentes diversas.

28 de octubre de 2005



03.- Bienvenido, Hepatito


Va pasando el Otoño poco a poco y enseguida llega la Primavera y con ella el momento de volver a ser padres por segunda vez. El proceso se ha desarrollado con toda normalidad hasta el momento y la pareja se siente ya muy veterana en estos asuntos. Faltan todavía diez días de Abril para el gran momento cuando por la noche la mujer del técnico comienza a estar más incómoda de lo normal. Optan por tranquilizarse y descansar y la mañana siguiente, después de inaugurar el Congreso en el Ministerio de Agricultura, el técnico vuelve a por su mujer y los dos se dirigen a la Clínica donde a las once de la mañana del 22 de Abril de 1.994 comienzan las contracciones mientras el padre mantiene una viva conversación con el ginecólogo a cerca de los últimos avances en traumatología y organización de Congresos. Es en el momento cumbre cuando el padre se coloca donde le indica la comadrona, lugar desde el cual no ve absolutamente nada aunque no es obstáculo para que disimuladamente se coloque en una mejor ubicación y poder contemplar el parto en su totalidad. Los padres de la criatura vuelven a repetir la experiencia de paternidad sin grandes emociones y con mucha tranquilidad, sin lágrimas ni aspavientos. El ginecólogo va cosiendo mientras comenta con el padre las últimas anécdotas producidas con la traducción simultánea en algún simposium. El padre escucha sin atender preocupado en cierta forma por la forma de coser del Doctor. Cada dos o tres puntos de sutura dirige la mirada al técnico, sin soltar la aguja, enrollándose sobre los distintos aspectos de la Medicina Tradicional. El técnico piensa que es mejor no darle más conversación pues a este paso puede terminar de coser el día en el que el pequeño aprenda a hablar. Mientras la madre bufa y rebufa mirando fijamente al plafón del quirófano sin dejar de pensar en el momento en el que terminará la calceta. Ya en la habitación se suceden las visitas familiares, las felicitaciones y los ramos de flores entre comentarios de lo bien que ha ido todo y a la espera de que bajen a la criatura a los brazos de su madre. Pasan estos momentos con la satisfacción de la nueva experiencia y contando los minutos que faltan para poder abrazar a su hijito. Se suceden las llamadas por teléfono, las nuevas visitas pero parece que el tiempo se ha parado. Son ya las tres de la tarde y comienzan a pensar si es normal tanto tiempo en la incubadora, al fin y al cabo ha nacido con diez días de antelación. El padre se resiste un poco a investigar que es lo que ocurre y preferiría dejar más tiempo antes de recibir noticias no deseadas. La presión es tanta allí abajo que no le queda más remedio que subir a Neonatos y preguntar por su hijo. En el piso de arriba hay una especie de larga cola de padres preguntones que pacientemente esperan recibir noticias de sus retoños detrás de una mampara de cristal. El técnico se adelanta y en un momento en que se abre la puerta pregunta al doctor: __ ¿Que hay de lo mío Dr.? __ Pase un momento, por favor... En el interior de la sala hay tres personas que miran al padre de forma especial. __ ¿Es usted el padre de Jorge? __Sí, soy yo. ¿Está bien? __Bueno, no todo lo que quisiéramos. __Dígame. __A su hijo le hemos detectado una trombocitopenia severa. No tiene apenas plaquetas. __ ¿Es grave? __Sería muy grave en el caso de que tuviera cualquier pequeña hemorragia. Son muy pocos segundos los que transcurren mientras todo se viene abajo. Son muchísimas las preguntas que se le ocurre cuestionar mientras su mente se desplaza hasta la habitación donde espera su mujer. Se niega a admitir el problema. El miedo le paraliza. Los tres especialistas no le quitan la mirada de encima como esperando una reacción. No hay reacción. Le enseñan a su pequeño que duerme profundamente entre sábanas relucientes ajeno todavía a los estúpidos caprichos del destino. El neonatólogo le explica técnicamente en que consiste la trombocitopenia. __Jorge solo tiene 20.000 plaquetas frente a las 175.000 que debía tener, igual que su madre. Esto hace que su índice de coagulación sea casi nulo. El incrédulo padre tiende a preguntar si han contado bien las plaquetas. No lo hace. Tiende a preguntar cómo se lo cuenta a su mujer. No lo hace. Tiende a soltar una lágrima. No lo hace. No puede hacer nada. Todo es impotencia, rabia y asco. Llega el momento de bajar a la habitación, pero no quiere bajar. Quiere quedarse allí con su hijito y contarle las plaquetas, una por una, él, personalmente. Piensa que en esta Clínica no saben contar plaquetas. En el parto estaba todo bien, estaban todas las plaquetas, estaban todos contentos, el ginecólogo, el neonatólogo, la comadrona, la madre, el padre... y cuatro horas más tarde en una especie de sesión clínica le dicen que no hay plaquetas. Que si sangra se muere. ¡Cómo coño se va a morir si apenas ha nacido! ¿Cómo puede desaparecer si su madre no lo ha visto todavía? Alguien debería hacer algo. ¡No es posible llevar durante nueve meses una criatura dentro y nada más parir, perderlo por unas cuantas plaquetas de mierda! ¡No es justo! Se niega a todo. No admite nada. No quiere bajar. No quiere mirarle a los ojos a su mujer. No quiere ser el nefasto mensajero de quien se esperan buenas nuevas. Se niega a que todos los que están en la habitación con Lola le miren a la vez suplicando que les cuenten todas y cada una de las incidencias. Respira hondo dos veces en el ascensor, antes de abrir la puerta de la habitación. __ ¡Está bien!, solo que pesa muy poco y lo van a tener en la incubadora un poco más. Todos lo creen. Su madre no. Le mira a los ojos desconfiando. Ella sabe que ocurre algo. Parece que le dice con la mirada __ me engañas, lo sé.__ Todos se han ido ya y solo quedan las dos enfermeras particulares de la familia, la tía y la hermana del técnico. Por un momento dejan la habitación y tomando un café el padre les cuenta el asunto. Apenas lo han encajado se dirige a la habitación de nuevo y ya solos se dispone al relato. Sus ojos van sudando poco a poco. Ninguna gota se atreve a descolgarse por las mejillas aun hinchadas por el esfuerzo. Sólo una pregunta al terminar las explicaciones: __ ¿Se va a morir? __No lo sé. Son las cuatro o las cinco de la tarde cuando llega a la Clínica Belén la ambulancia del Insalud con la incubadora móvil. El sanitario le comunica al padre que no puede ir en la ambulancia con ellos pero que pueden quedar en la puerta de Urgencias de La Paz. El técnico llega en quince minutos, aparca el coche y espera impaciente en la puerta de urgencias. Después de diez minutos piensa como es posible que el haya tardado quince y la ambulancia no esté allí. A los veinte minutos piensa que la cosa se ha complicado y que los problemas no han terminado todavía. Después de media hora y con los nervios destrozados aparece una ambulancia del Insalud con la sirena silbando y a toda velocidad. Echa a correr detrás de ella pero se dirige a la entrada de traumatología. No entiende nada. Se fija en la matrícula pero lógicamente no coincide. Esa no es la suya. A los cuarenta minutos de desasosiego y dudas aparece a lo lejos otra ambulancia sin sirena pero con las luces de emergencia intermitentes. Se cierra el semáforo y la ambulancia se detiene. El técnico no entiende nada. Se abre el semáforo y lentamente, a paso de tortuga, arranca y va avanzando tan lentamente que se diría que el conductor acaba de coger un coche por primera vez. El padre en su desesperación, maldice a la ambulancia y a los que van dentro con su hijito. Llega por fin a la rampa de acceso y se vuelve a parar. Es entonces cuando entiende todo. Hay un pequeño bache poco antes de la rampa. El conductor hace avanzar tan lentamente el vehículo que apenas se bambolea. Han venido extremadamente despacio para que ningún bote hiciera peligrar el estado de la criatura. No se saltaron los semáforos en rojo. No pusieron sirenas. Había que transportar a aquella criatura con las máximas garantías de seguridad. Era una reliquia demasiado frágil y valiosa. __Ya estamos aquí, tranquilo, que todo va bien. Al técnico le vuelven a sudar los ojos y le gustaría abrazar a esas personas a quien ha maldecido pocos minutos antes. Jamás podrá olvidar a aquellos anónimos que durante el día y la noche, en cualquier situación, desarrollan su trabajo con tanto esmero y tanta profesionalidad y tanto cariño…

28 de septiembre de 2005



04.- La Piedra de la Mezquita


Cuando al técnico le comunicaron los detalles del trabajo de Gibraltar, no manifestó una ilusión desbordante. Cuando, además, le dijeron que se celebraría en pleno mes de agosto, se le empezaron a dilatar las glándulas sudoríparas. El técnico pasa parte del mes de julio tratando de organizar las vacaciones en el camping; la estancia en Huesca; el viaje a Gibraltar; los días en la playa... Las nueve de la noche no es una hora muy normal para salir de viaje, sobre todo cuando el viaje es de setecientos kilómetros, pero las circunstancias obligan. Las cervezas que tomaron los dos socios también obligan a extremar la precaución en la carretera. Pronto pasa la modorra, Pinto, Valdemoro, Aranjuez... En Puerto Lápice el viajero ingiere cuatro albóndigas en salsa, un agua y un café cargado con hielo. Fuma un cigarro mientras intenta comprender como un camión de seis ejes puede atravesar la mediana de la autovía arroyando a los tres que iban delante. El sol hace tiempo que se retiró a sus aposentos y al técnico le encantaría tener alguna estancia donde echar un sueñecito pero el plan de viaje obliga a no perder tiempo en la búsqueda de hospedaje. Llega a Marbella y piensa que es el momento de buscar un recodo en el camino donde improvisar un lecho aceptable. Entre echar la colchoneta al suelo arenoso y seco o extenderla dentro del coche, encima de las maletas, el viajero opta por lo último. Después de un buen rato reptando por encima de los bultos el técnico se deja caer suavemente en brazos de Morfeo. Son las cuatro de la madrugada. A las seis de la mañana hace un poquito de frío y los cierres de las maletas ya se han hincado suficientemente en los riñones del técnico, por lo que piensa que es el momento de sustituir el improvisado lecho por un buen taburete en cualquier cafetería de carretera. En la carretera de Málaga a Cádiz, a las seis de la mañana, no proliferan los bares de carretera abiertos y el viajero opta por continuar el viaje en ayunas, pensando si con cuatro albóndigas y el ayuno matutino comenzaría el Ramadán. Durante la última etapa del viaje, el técnico va meditando sobre la mínima información que tiene acerca del congreso: montaje de dos cabinas, tres idiomas, grabación, doscientos puestos... todo ello dentro de una carpa en el Campo de Gibraltar, con motivo de la colocación de la primera piedra de la nueva Mezquita Árabe etc. etc. El hotel "La Rivera", de la Línea de la Concepción, esta vacío porque la playa de su mismo nombre esta cerrada al baño por lo cual los posibles inquilinos del hotel eligieron otra zona para pasar sus cortas vacaciones. A las ocho de la mañana, después del largo viaje y el corto descanso, el viajero opta por tomar un reconfortante baño y a continuación ponerse a la cola para pasar el control de aduanas. Después de dos horas y media de caravana bajo el sol al viajero le informan de que no había hecho falta esperar todo ese tiempo puesto que había un acceso directo para vehículos comerciales. El viajero piensa: ¡Bingo! Ya en el control británico al viajero le espera su contacto en la peña. __ ¡Buenos morning! ¿You are Pedro Ramos? __Yes it is. __¿You have good viaje? __Yes it is. __ I le esperaba a las eleven o clock. __I´m sorry. __Usted, Peter me sigue a mí __Yes. Después de rodear el peñón por el este, por el oeste por el norte y por el sur solo queda atravesarlo por dentro, cosa que hacemos poco antes de llegar a Point Europe, lugar donde esta instalada la carpa donde se celebrará el evento. La temperatura, en este extremo de la Península es de alrededor de 40º. Dentro de la reluciente carpa, 50º. La humedad relativa del aire en Point Europe debe ser de alrededor del cien por cien. El técnico esta tan encharcado en sudor que lo único que no tiene mojado es la lengua. Los obreros que preparan la entrada a la carpa también sudan a chorros. Se pone a pensar si esto es ahora que todavía no ha empezado a descargar, que será cuando comience a mover cabinas. Mientras tanto apura los últimos tragos de agua que quedaban en la botella que trajo del hotel. El técnico, casi en el momento de terminar la instalación, tiene la sensación de que es el momento en el que va a desfallecer. Comienza en su cabeza a moverse todo, no sabe si es por el efecto de la carpa inclinada o por que es pero el caso es que allí no queda nadie más y por un momento piensa que sería un poco ridículo dejarse la vida deshidratado en el Peñón de Gibraltar, dentro de una carpa blanca, el 9 de agosto de 1.995 con 45º a la sombra. Y en territorio británico. Pasados cinco minutos el técnico recobra el sentido y es consciente de que de esta ha salido y deberá seguir montando instalaciones unos cuantos años más. A las doce y media del medio día vuelve a cruzar la frontera para visitar el primer puesto de la Cruz Roja que encuentre. Sólo hay dos auxiliares técnicos sanitarios en el puesto de la Cruz Roja de la playa de poniente en La Línea. Es lógico, solo hay dos locos bañándose en aquella playa inmunda y seguro que son británicos. __Sólo ha sido un golpe de calor. Beba muchos líquidos y se le pasará. __Muchas gracias, muy amables. A las cuatro de la tarde el viajero ya ha tomado dos litros de gazpacho en el Hotel La Rivera. El maître hacía tiempo que no se encontraba tan orgulloso. Jamás había tenido a ningún cliente que amara tanto el gazpacho, pero su asombro llegó al éxtasis cuando el comensal, al terminar el segundo plato, se tomó dos litros seguidos de zumo de naranja. A estas alturas, después de dos meses, todavía debe estar contando a sus colegas lo de aquel tipo que se tomó dos litros de gazpacho y otros dos de zumo. Se pone el sol detrás del Peñón y el viajero se va adormilando mientras comienza una película de vaqueros en la tele de su habitación. No ha cogido el primer sueño cuando siente un picor en uno de sus brazos. Después en el tobillo. Enciende la lamparita de la mesilla y cuenta entre veinticinco y treinta mosquitos zapateros pegados por las paredes de la habitación. Toalla en ristre y a las tres de la mañana emprende la cacería por la hermosa habitación recién pintada. Cuando piensa que ya no queda ninguno descubre a un penúltimo mosquito asqueroso. En vista de que no desaparecen ni cerrando la ventana ni apagando las luces opta por buscar una farmacia de guardia y proveerse de algún arma más eficaz que la toalla de baño. La única farmacia de guardia es la que se encuentra en el Peñón con lo cual debe coger el coche y cruzar la frontera por cuarta vez, aunque esta vez sin guardar la cola. A las cinco de la mañana vuelve a la habitación del hotel provisto de dos estupendos botes de Aután en forma de spray. Con el brazo izquierdo en la espalda y el derecho en ristre, el técnico dirige el fatídico vapor hacia las paredes de la habitación, sábanas, suelo, ventanas y hasta la maleta. Son las seis cuando da por terminada la batalla y piensa en la merecida recompensa: media horita de sueño antes de volver a levantarse para volver a hacer la cola para volver a cruzar la frontera. . . Son las seis de la tarde cuando hace su aparición en la carpa, el Rey Fahad Bin Abdulaziz Al Saud. A continuación de su presentación, alguien de entre los doscientos que llenan la carpa, sale al estrado, se coloca detrás del atril y comienza a canturrear algunos textos del Corán. Después de un cuarto de hora, el Rey Fahad Bin Abdulaziz Al Saud preside la comitiva que se dirige a las obras donde colocará la primera piedra de la nueva Mezquita. Aplausos. Agradecimientos. La comitiva se pone en movimiento. El técnico también. La luminosa carpa se va quedando poco a poco a oscuras mientras van retirándose los últimos guardaespaldas. El técnico recoge sus últimos pertrechos. Ya en el hotel, el viajero está seguro de que los trámites aduaneros le supondrán algunas horas de retraso en su salida del Campo de Gibraltar pero no le preocupa demasiado si no fuera por el calor que tendrá que soportar durante el recorrido. A la mañana siguiente, después de solucionar todos los trámites, el viajero sale zumbando con dirección a Madrid. La mañana, fresca. La carretera, despejada. El estómago, vacío. El viajero opta por tomar dirección Córdoba para evitarse la zona de obras desde Málaga a Granada. Antes de tomar el desvío desayuna un café con leche fría, dos porras revenidas y un zumo de naranja de bote, templado. Durante todo el camino va pensando en la ausencia de eventualidades y se siente un poco raro, rodando sin lluvia, ni nieve, ni viento... Nuestro viajero va relajado, tranquilo reconfortándose por el éxito de su trabajo. Sumido en estos placenteros recuerdos se planta en Madrid a una buena hora. Nada como una buena ducha, una buena tortilla de patata y una buena cerveza en la terraza mientras se esconde el sol.

28 de agosto de 2005



05.- La Ruleta Helada

Después de un par de días de descanso el viajero se pone de nuevo en ruta, esta vez dirección Benidorm con escala en Huesca. Lleva todos los pertrechos de la playa; sombrilla, esterillas, flotador del pequeño, manguitos del mayor, toalla para el pequeño, toalla para el mayor, toalla para mamá, toalla para papá, cámara de video, cámara de fotos, cintas de película, carrete de fotos, silla de playa, tumbona plegable, balón de goma, raquetas de playa, aletas. Tubo, gafas, dos cubos de arena, dos rastrillos, dos Palas, cuatro botes de cremas variadas, varios pañales, toallitas húmedas, chupete de recambio, termo con agua fría, termo con la comida caliente, colchón inflable, tabla de surf, gafas de sol, chancletas para el pequeño, chancletas para el mayor... y todo aquello que puede ser de utilidad ante un eventual cambio de tiempo en pleno mes de Agosto en pleno Benidorm. Después de rellenar el último espacio útil del coche con el resto de la familia, el viajero enfila dirección Teruel y más tarde Alicante. Antes de entrar en Alicante se pierde y protesta. Hace mucho calor y el viajero jura en arameo. Los niños no han comido y mamá protesta. El niño pequeño protesta como está acostumbrado a protestar: llorando y gritando como un perro salvaje. Pareciera que le fuera en ello la vida. El niño mayor se cabrea de oírle al pequeño y decide que es un buen momento para competir con su hermano. El mayor llora con mucho énfasis. Parece que se emplea a fondo. Mamá les grita, papá protesta y son las ocho de la tarde con 40 grados a la sombra y sin merendar. La tensión se masca en ese vehículo que parece que en cualquier momento va a saltar por los aires esparciendo lágrimas del mayor, gritos de mamá, lágrimas del pequeño, chancletas, toallas, sombrillas... Sobre las once de la noche llegan a su destino y afortunadamente solo les queda descargar el coche, cargar seis veces el ascensor, bajar al coche otras seis y preparar las cenas y las camas. El viajero ya echaba de menos estas vacaciones cuando volvía del Peñón. Apenas había comenzado la sofocante monotonía de todos los veranos cuando la voz del presentador del telediario de las 15:30 h. les deja paralizados por unos segundos. __ ¿Que han dicho? __No lo sé, espera... __ ¿Son ellos? __ ¿No había mas expediciones en el K 2? __ No; españolas, no. __Entonces. . . ¿Son ellos? __ Si, son ellos. A continuación un sudor frío acompaña el relato del locutor enumerando los pormenores del desgraciado accidente donde, parece ser que han perdido la vida tres de los seis componentes de la expedición aragonesa al K2. No saben los nombres. El bombo de la siniestra lotería comienza a girar y no parará hasta dentro de tres días cuando inesperadamente suena el teléfono __ ¡Loren... está vivo! Extraña amalgama de sensaciones. Emoción, incertidumbre... ¿Quienes son los otros? __Javier Escartín, Lorenzo Baños, etc. Tristeza... Amigos que nunca volveremos a ver. Recuerdos que quedarán plasmados en la memoria mezclados con la alegría del momento. El descanso playero se ve interrumpido por el suceso y al cabo de varios días vuelve la familia al completo a su lugar de origen. Ha terminado el verano.

28 de julio de 2005




06.- Escoliosis en un fardo




La mañana es fría y clara. No hay mucha circulación por la autovía y el técnico viaja tan a gusto como siempre que tiene que realizar una instalación lejos de Madrid. El otoño se esparce durante todo el recorrido. Apetece abrir las ventanillas y cerrar la cremallera del abrigo. Las últimas lluvias han dejado los campos empantanados. El técnico quedó con el Dr. Torpez en que llegaría a la una de la tarde. El técnico piensa que no interesa llegar antes de las tres y media. A las tres de la tarde, después de haber tomado cuatro raciones de aceitunas y dos cervezas, el técnico considera que es buena hora para llegar al Hospital Provincial Reina Sofía e ir metiendo el material. Los nervios del Dr. Torpez y de todo su equipo no son suficientes como para esperar al técnico a la hora prevista. Después de dos horas pululando por el Hospital Provincial Reina Sofía, comienza a montar la cámara en el quirófano, esta vez sin ni siquiera vestirse de verde. No hay pijamas en el Hospital Provincial Reina Sofía a la hora a la que el técnico puede montar. De cualquier forma aunque hubiera pijamas seguiría sin existir las mínimas normas de esterilidad. Poco después de finalizar la instalación dos celadores transportan a la paciente desde la planta hasta el quirófano donde el cámara le tomará unos primeros planos para la explicación del caso... Paciente tetraplégica de 18 años ingresa por escoliosis neuromuscular producida hace 15 años por mal tratamiento de una anoxia convulsiva congénita... Si bien es un poema situar a la jovencita sentada sobre la banqueta, no lo es menos la cara de su madre mirando alternativamente a su hijita, a los focos, al técnico... El cámara le intenta echar una mirada tranquilizadora pero sin éxito. Termina de grabar los planos por indicación del cirujano y los celadores vuelven a montarla en su camilla, no sin esfuerzo, como si fuera un saco terrero. La joven de 18 años ingresada por escoliosis neuromuscular a causa de anoxia peri natal convulsiva, es verdaderamente poco más que un saco terrero. A la mañana siguiente, y con dos horas de retraso, todo está preparado para la intervención con la Técnica CD - 2 Horizon, de Laboratorios Osteo Ibérica. El bisturí corta lo que tiene que cortar; el cámara graba lo que tiene que grabar; el anestesista duerme a quien tiene que dormir y en la radio se escucha la música que nunca debió de sonar en una grabación en directo: "María del Monte y Sus Grandes Éxitos" Después de cinco horas de intervención el cirujano ya no sabe apenas ni por donde va. La enferma ha terminado con toda la anestesia que es capaz de metabolizar y por el quirófano revolotea una gran mosca verde que no deja de intentar posarse sobre el campo operatorio. En el último intento de espantar al insecto, el instrumentista ha estado muy cerca de clavar las pinzas acodadas en el ojo de su asistente mientras el cámara intenta calcular las veces que la mosca ha cruzado por delante del objetivo durante la última media hora. Si esto sigue así tendrá serios problemas para aprovechar algún plano de la última hora de grabación. Se duda entre abrir las puertas y ventanas de par en par o en cerrar todo a cal y canto. Se opta por lo primero ya que por otra parte las ventanas del pasillo han estado abiertas de par en par durante toda la operación. El cámara piensa, desde la ignorancia, si no habrá sido éste el motivo por el cual la mosca verde entró en el quirófano nº 5 del Hospital Provincial Reina Sofía de Córdoba. Comienzan a coser a la jovencita desde el cuello hasta el coxis y todo el personal de quirófano parece mucho más distendido y jovial. No olvidemos que la paciente todavía respira, lo cual es motivo de regocijo para todos, incluido el cámara que lentamente y con un dolor de espalda brutal va recogiendo todos y cada uno de sus pertrechos, sin olvidar el ponerse unos guantes por lo que pudiera suceder al enrollar los cables que estuvieron por los suelos. Mientras el cámara va cargando su material en el coche los doctores van reponiendo fuerzas en un restaurante cercano al Hospital. No hay ocasión para despedidas. Enfila la autopista a toda la velocidad que proporciona su vehículo y solo aminora la marcha cuando observa algún coche estacionado sospechosamente en el arcén. Transcurre el viaje como siempre, entre la fatiga y los recuerdos de la actividad realizada cuando divisa la gasolinera donde venden Aceite de Oliva Virgen Extra "EL MISMO", envasado por Cooperativa Olivarera "Virgen de la Estrella" ubicada en la calle de Juan de la Cruz, 7 de Lilla del Río provincia de Córdoba. Su Registro Sanitario es el nº 16553/Co. y es conveniente consumirlo preferentemente antes de un año. Su acidez máxima es de 0,5. º Aunque al viajero le gusta más el de 1º. Le pregunta al encargado si tiene Aceite de Oliva Virgen Extra de 1.º. El encargado le contesta: __Ansí que e de un grao, lo que e e que la papela e de medio grao pero el aceite e de un grao, ¿no lo ve? El viajero le pregunta cuanto es, el tendero mira el horizonte y al cabo de un buen rato le contesta: __Catocemil nuevecientas, ceñó__ Ya con los diez litros de aceite en el coche prosigue su viaje intentando imitar en voz baja el acento del tendero-gasolinero. Son las doce de la noche cuando comienza a ver las luces de la ciudad y ya solo piensa en descargar y dar buena cuenta de una ensalada de endibias con cebolletas, ajetes, alcaparras, cebollino, sal de ajo, vinagre y Aceite de Oliva Virgen Extra de 0,5.º o de 1.º. Después de mojar media barra de pan chapata y beber dos cervezas Mahou cinco estrellas, el viajero va entrando en un reconfortante sopor donde se entremezclan imágenes de quirófanos, sangres, pacientes, cámaras de video, carreteras, tenderos, gasolineras y aceites viscosos como leches condensadas, esperando la llegada de la próxima epopeya.

28 de junio de 2005




07.- Fútbol y Prótesis Dentales


Entre unas y otras disquisiciones va pasando el tiempo y el técnico vuelve al mando de una instalación pensando en la cantidad de horas que se pasa esperando el comienzo y el final de una reunión, congreso, o conferencia magistral. El III Seminario Internacional sobre Implantología y Técnicas Protésicas Dentales se celebra el día 22 de Junio de 1.996, fecha que por otra parte no tendría ningún significado especial de no ser porque en ese día se disputa en Inglaterra los cuartos de final de la Euro copa Continental de Fútbol, que enfrenta a las selecciones nacionales de España y Reino Unido. El programa del Seminario sufre algunas modificaciones y como el partido comienza alas 16´30 h. todos los participantes piensan que sería más interesante presenciar el partido por televisión que asistir al III Seminario Internacional sobre Implantología y Técnicas Protésicas Dentales. El especialista francés que imparte el curso solo tiene a cuatro personas en la sala, a saber: dos intérpretes en la cabina; un técnico de simultánea en el control y una mujer aspirante al título de Protésica Dental a quien no le importa ni un carajo los cuartos de final de la Euro copa Continental de Fútbol que enfrenta a las selecciones nacionales de España y Reino Unido. El técnico ante este panorama opta por anular la megafonía, dada la ausencia de público, y dar una cabezadita apoyando la cabeza entre las manos, técnica que por otro lado no le es en absoluto desconocida.

28 de mayo de 2005


08.- Escalibada

El conserje de la Mutua Generali de Seguros de Barcelona se llama Jordi. Cuando el técnico se presentó en Barcelona para realizar la instalación aquel lunes de junio, el conserje estaba muy preocupado por conocer el estado de ánimo del técnico al haber perdido el Real Madrid contra el Barcelona. Don Jordi, conserje de la Mutua Generali de Seguros, no tiene ni la más remota idea de la importancia que le da el técnico a esta serie de eventos deportivos. Una vez en el salón de actos y habiendo descargado todo el material el técnico tiene el gusto de conocer al Jefe de Mantenimiento de la Mutua Generali de Seguros. __Bona tarda. __Buenas, soy el técnico de traducción simultánea; Pedro Ramos. __Esta vez les hemos ganado en Madrid. __Si. __Soy Jordi Punset. __Mucho gusto. __ ¿Donde colocamos la cabina? __De cualquier forma el Madrid jugó muy mal... __Muy mal. ¿Puedo colocar la cabina allí detrás? __Bueno, hay que saber perder. __Si. Le contesta el técnico pensando que saber perder y tener más paciencia que el Santo Job deben ser las dos virtudes más importantes del ser humano. Al cabo de un buen rato aparece un individuo con una coleta en el pelo, un pendiente en la oreja y en las zapatillas de deporte mas roña de la que seguramente se puede almacenar en los pies después de pasear por una cochiquera de cerdos. El técnico no sabe donde fijar su mirada; si en la coleta, en el pendiente o en la roña de los pies. __Me llamo Jordi Molins. El técnico se lo estaba imaginando. __Yo no__ le contesta sonriendo. __Bueno, soy el técnico de la traducción simultánea y he terminado de montar. __He venido por si necesitaba algo. __Ya no, muchas gracias. __Bueno pues entonces adeu. __Adiós, adiós. El técnico ha tomado mejores escalibadas que las que preparan en el Restaurante Bugatti, en el 234 de la Avinguda Diagonal pero también ha dormido en mejores habitaciones que las del Col.legi Major Penyafort- Montserrat por lo que se puede deducir que en esta ocasión no va a encontrar ningún aspecto notable en su estancia en Barcelona.

28 de abril de 2005


09.- Manualidades en Sonfamor


Son las cinco de la mañana cuando el despertador le indica al técnico el momento de reanudar su trabajo. En compañía del 2º técnico comienza la jornada en el salón Príncipe del Real Casino de Madrid. A las dos de la madrugada del día anterior las pantallas de 3 x 2 quedaron ubicadas en sus lugares definitivos. El sonido en la sala es suficiente para las doscientas personas. El video reproduce bien. Los receptores tienen pilas nuevas. Los micrófonos inalámbricos, también. Los proyectores lucen correctamente. Los técnicos a esas horas siguen tan agotados como cuando se acostaron de madrugada. Esas dos únicas horas de reposo no fueron suficientes pero están tranquilos. La azafata que coloca los cartelitos con los nombres de los ponentes sabe perfectamente como realizar su labor. La azafata que se ocupa de la recepción de las diapositivas sabe perfectamente como realizar su trabajo. También sabe inglés. A las nueve de la mañana está previsto el acto de inauguración del III Congreso Internacional de Cirugía del Raquis. A las 8:30 h. los especialistas en cirugía de raquis comienzan a traer sus diapositivas hasta la salita de pruebas y recepción. A las 8:50 h. están preparadas todas las diapositivas que se utilizarán en la sesión matutina, menos las diapositivas del Dr. Listez. Son las 9 h. y el primer ponente no ha aparecido por la sala de recepción de diapositivas. Podría ser que hiciera su presentación sin diapositivas pero es poco probable. Sin embargo, a las 9:05 h. aparece el Dr. Listez con dos bandejas de diapositivas propias lo cual implica el no perder más tiempo en colocar las diapositivas en nuestros carros. Se prueban rápidamente con los proyectores de chequeo y fatalmente uno de ellos se atasca y no pasan las diapositivas. El Dr. Listez se enoja con el técnico. __¡¡ No pulse cuando están dentroooooo...!!__ ¡¡ Me las está rompiendoooooo...!! El técnico opta por no contestar y cambiar de carro rápidamente. __¡¡ Mis carros están bieeeeeeeeenn!! ¡¡ Me las está rompiendoooooooo !! ¡¡ En mi hospital no se atascaaaaaaan !! El técnico termina de cambiar las diapositivas con el tiempo justo de salir al salón y colocarlas en los proyectores definitivos. El Dr. Inaugurez da comienzo a la sesión. __Bienvenidos al III Congreso Internacional etc. etc. y a continuación tiene la palabra el Dr. Listez, de Barcelona. __Buenos días. Antes de nada agradecer al Dr. Inaugurez el que me haya invitado a esta reunión de especialistas en cirugía de raquis. 1ª Diapositiva, por favor... La azafata pulsa el mando de las diapositivas pero la 1ª no entra... ni la 2ª... ni la 3ª... Ante este problema el Dr. Moderadez comunica a la sala que sería mejor pasar al siguiente ponente mientras se da una solución a las diapositivas del Dr. Listez. En este momento el técnico respira un par de veces después de cinco minutos sin hacerlo mientras piensa en cambiar de nuevo las diapositivas de carro. Así lo hace durante los diez minutos que dura la ponencia del Dr. Segundez. El técnico le informa al Dr. Listez de que el problema está en sus diapositivas y no en los carros ni en los proyectores. __¡¡Las diapositivas están bieeeeeeen... !! ¡¡Esto en mi hospital no pasaaaaaa... !! A falta de treinta segundos para comenzar con la proyección del Dr. Listez el técnico le hace unas señas a su ayudante para que en caso de que volvieran los problemas, se hiciera un cambio de proyectores rápido. __El Dr. Listez tiene la palabra. __1ª diapositiva, por favor... La 1ª no quiere entrar, la 2ª tampoco y el técnico piensa que todas las diapositivas del Dr. Listez están de huelga general y sin servicios mínimos. El segundo técnico hace un cambio de proyectores en un minuto mientras piensan que este es el último cartucho que le queda antes de que el Dr. Listez se le tire a la yugular antes de cortarse las venas. __ ¡Vamos a ver si es posible pasar mis diapositivas!__ exclama el Dr. Listez.__ La azafata pulsa el botón por enésima vez pero con nulo resultado. El técnico en esos momentos ya no suda porque ya está totalmente deshidratado. El técnico ya no da explicaciones porque los argumentos se le terminaron hace tiempo. El técnico está esperando un característico dolor agudo en el brazo derecho a la vez que una leve presión en el pecho. El técnico se da cuenta de que el dolor no acabará en infarto, por lo menos en ese momento. El técnico se plantea la posibilidad de comenzar a caminar, fuera de la sala, lentamente, sin rumbo, sin retorno, con los ojos cerrados y la mente en blanco. El técnico piensa en décimas de segundo que es lo que dirían sus hijos si abandonara la sala con las manos y la mente vacías. El técnico saca el carro de diapositivas, lo abre, se pone de rodillas para no impedir la visión de los que están detrás y se dispone a introducir las diapositivas una por una en el proyector. La desconocida "Técnica manual de paso de slides por pinzamiento on air" da para escribir un tratado. Cada vez que le pide la siguiente diapositiva, el técnico con la mano derecha aprieta el botón de paso. La palanca expulsa la diapo por los aires y con los dedos índice y pulgar atrapa el marquito sin tocar el cliché. Esta improvisada "técnica on air" fue inspirada en los años sesenta en el Circo Price donde Gaby, Fofó y Fofito interpretaban un número que consistía en cazar moscas con los dedos cogiéndolas por las alas para no espachurrarlas. No obstante, siendo distinto el público del Price al del Casino, los 200 especialistas en traumatología están más pendientes de las evoluciones del técnico cazando diapositivas que de las últimas técnicas en cirugía de raquis. El técnico lleva ya pasadas diez diapositivas cuando no aguanta más de rodillas y opta por levantarse y proseguir su numerito de pie. Así lo hace mientras le parece escuchar de fondo unas exclamaciones cada vez que sale una diapositiva volando... __ ¡Huy!, ¡Huy!... Solo quedan 65 diapositivas por cazar y los nervios del técnico ya llevan rotos hace mucho tiempo. La mano de cazar le tiembla más que un Párkinson y cada vez le resulta más difícil atinar. 78, 79, 80... Ha terminado. El balance ha sido el siguiente: 1 diapo al suelo; 4 caídas en la base del proyector; 5 manchadas con sudor de dedo. Después de esta pequeña eventualidad el congreso se va desarrollando normalmente sin nada que destacar hasta el final de la jornada, sobre las 19:30h.

28 de marzo de 2005


10.- Detención mágica


El equipo de sonido decide que es el momento de montar los micrófonos para la cena de gala y la actuación del mago Pepe Magic, que se celebrará por la noche en la discoteca del Casino. Comienzan las pruebas de sonido, y los ensayos del mago cuando al conectar los micrófonos inalámbricos saltan por los aires los tres alimentadores con lo cual se quedan sin micrófonos veinte minutos antes del comienzo de la gala. El técnico no comprende bien porqué todos los incidentes que pueden pasar en un día le pasan a él y no se distribuyen equitativamente entre todos los demás. Se soluciona el problema comprando alimentadores en El Corte Inglés y el equipo técnico decide tomar algo ahora que el mago está ya contento y los técnicos relajados. Mesón del Jamón. __ ¡Una de lacón, una de jamón, una de pulpo y cinco cervezas! Se encuentran agotados pero con la tripa llena cuando a las doce de la noche deciden volver al Casino para preparar el espectáculo. Pasean por la calle Aduana hacia la puerta de servicio del Casino Real cuando un furgón de la Policía Nacional pega un frenazo de película, se bajan seis guardias y rodeando a los técnicos le inquieren a uno de ellos... __ ¿Usted ha "meao"? ¿Tiene ganas de mear? __ ¿Yo?... __ ¡Usted ha "meao"! o... ¿quiere mear? Los técnicos piensan que es una broma pero no encuentran al bromista por más que escudriñan el entorno de la calle Aduana. Tampoco es carnaval por esas fechas... No saben que pensar. No pueden pensar. No quieren pensar en la posibilidad de que alguno de sus compañeros estuviera metido en algún lío. Los guardias siguen avasallando hasta llegar a poner la mano encima de uno de los técnicos. Es el momento en el que una nube blanca azulada se interpone entre la mente del técnico y la patrulla policial y ya no puede aguantar semejante atropello. __ Pero... ¿que coño es esto?; pero... ¿que cojones es esto? __ ¡Usted se calla! __ Pero... ¿cómo me voy a callar? __ ¡Usted se calla! El técnico piensa en segundos que el agente que le está avasallando posee un limitado léxico que se puede resumir en tres frases, a saber: 1.- "Usted se calla". 2.- " ¡Alto, policía! 3.- " ¡Usted ha meao!". Esta escasa preparación cultural es directamente proporcional al número de axones neuronales alojados debajo de la gorra azul, por otra parte bastante deteriorados quizás debido al precario uso que de ellos suele hacer el agente. __ ¿Cual es el problema? __ ¡Aquí no hay ningún problema! __ ¡Joder! pues si no hay ningún problema, ¿a cuento de qué viene esto? __ ¡Usted se calla! __ el guardia parece que va a piñón fijo__ El técnico ya no puede aguantar más y salta... __¡¡Yonomecalloporquenadievaloramáslalaborquedesarrollalapolicíaporqueyonotengoniunamultaporqueyonoaparcoendoblefilayalasoncedelanocheestoyencasaconmishijosporqueyonomolestoanadieyestoytrabajandoenelcasinoconmiclienteynohayderechoaesteatropelloyademásyoyahemeadoalsalirdelmuseodeljamónporqueyollevoundíamuyduroconlazafataquenollega,eltransformadorquenotransforma,elmago,lagala,laspilas,eljamón,elguardia. . . !! Jesús de mi vida Jesús de mi amor Ábreme la herida De tu corazón. Los guardias, al darse cuenta del patinazo, discretamente se van montando en el furgón después de una muy leve y sutil disculpa.

28 de febrero de 2005




11.- Ruido en el mar

Es una noche oscura de otoño y fresca. El viajero se siente flotar en aquella inmensidad. Una especie de avioneta o hidroplano parece acercarse lentamente hacia el lugar donde se aferra a algo parecido a un flotador alargado de color brillante. El sonido que produce el avión no es el de una hélice ni siquiera el que produciría cualquier motor. Es un ruido especial que el técnico intenta localizar en algún lugar del océano. No se escucha sin embargo el ruido del mar. El ruido de las olas encrespadas. Pasa el tiempo muy despacio. . . En el preciso momento de abrir los ojos el técnico recorre toda la habitación con la mirada pero sin mover un solo músculo. Si, es martes, son las cinco de la mañana y hay una reunión en el Hotel Eurobodrio y otra en el Villamanía. Al dar un par de vueltas en la cama, para intentar dormir una hora más, el técnico se enreda entre las sábanas. Es inútil, después de la noche en el mar no hay forma de conciliar el sueño. Se levanta despacio pues tiene mucho tiempo. Se ducha despacio y despacio va preparando una tostada de mantequilla y mermelada amarga a la vez que calienta el café en el microondas. Tiene mucho tiempo todavía y se lo toma con mucha tranquilidad. Piensa que es buena ocasión para buscar un buen lugar para aparcar a las horas a las que es prácticamente imposible hacerlo. Como siempre que no tiene prisa consigue aparcar en el mejor sitio de toda la calle y piensa que lo mejor es escuchar la radio en el coche mientras se hace la hora de entrar al hotel. Al cabo de media hora piensa que podía ir subiendo, localizar al maître para abrir el salón, probar todo con calma etc. Cuando llega al salón la puerta de acceso esta abierta y la mesa del control completamente cambiada de lugar. Con no poca extrañeza el técnico comienza a realizar las tareas habituales de comprobación y chequeo del equipo. Una vez que termina de conectar los aparatos se dispone a probar los micros. Enciende uno de ellos y lejos de oírse bien, produce un ruido insoportable. Prueba otro y... lo mismo. Convencido de que hay un problema y no está en los micros se dirige a la mesa de control para comprobar los micros inalámbricos. Conecta, habla y... el mismo ruido entrecortado. Comienza a preocuparse. Las consolas de los intérpretes tampoco funcionan bien. La columna auto amplificada tampoco funciona. La fuente de alimentación no responde... El tiempo va pasando mientras el técnico decide parar un momento, relajarse __al fin y al cabo todavía tengo tiempo__ y comprobar detenidamente aparato por aparato. Comienza por el mixer y al intentar levantarlo de la mesa para mirarlo por debajo nota sorprendido como si pesara más de la cuenta. Lo inclina hacia un lado y comienza a salir agua de una forma loca. El técnico no se lo puede creer. Rápidamente apaga todo el equipo, desconecta y procede a comprobar la fuente de alimentación... agua, agua, más agua. El Hotel Eurobodrio debe tener alrededor de 17 o18 pisos. El Hotel Eurobodrio debe tener alrededor de 18 o 20 salones. El Hotel Eurobodrio debe tener alrededor de 400.000 metros cuadrados de superficie de salones. EL Hotel Eurobodrio lo ha comprado la cadena NH. Y ha hecho obras de remodelación. La mesa de control del técnico ocupa alrededor de 1 metro cuadrado en el interior del salón Atenas (antes Hermitage - A). En el Hotel Eurobodrio hay una gotera, solo una gotera que ha estado descargando exactamente encima de la mesa donde el técnico tenía su equipo montado. Existían alrededor de diez millones de posibilidades distintas de que la gotera se aliviara en cualquier otro lugar pero no, eligió el metro cuadrado de la mesa del control. El tiempo no se detiene, desgraciadamente, y el técnico no deja de mirar el reloj mientras armado con un gran secador de pelo que ha desmontado de una de las habitaciones del hotel, intenta secar las tripas de los aparatos afectados. El cliente aparece por la sala unos minutos antes del comienzo de la reunión, pasa al lado del técnico y sigue de largo como si la cosa no fuera con él. La maniobra de secado finaliza coincidiendo con el comienzo de la reunión. El técnico se pasa la mañana cruzando los dedos y esto parece que da resultado. Al finalizar la conferencia el cliente se dirige directamente al técnico felicitándole por el éxito de la reunión e invitándole a tomar un aperitivo con los organizadores. El técnico agradece el gesto pues después del estado de nervios podría acabar con dos botellas de Martini Seco en pocos minutos. Una vez alrededor del bufete el técnico piensa si este tío no se ha enterado de nada cuando se le queda mirando a los ojos y pregunta con acento argentino: __ ¿Le puedo preguntar algo? __ Por supuesto. __ ¿Es que el equipo suyo para que arranque nesesita precalentarlo antes del comienzo...? __ Por supuesto.

28 de enero de 2005


12.- Sevilla y su sabor especial


La Calle de las Escobas puede ser un lugar ideal para tomar algo antes de dirigirse al Hotel Meliá Sevilla. El hambriento viajero deja a la izquierda el Parque de María Luisa soñando con una gran cerveza y un poquito de “adobo”. Al comienzo de la calle hay una terraza correspondiente a un restaurante llamado Las Escobas. En un letrero luminoso se puede leer que por aquel lugar pasaron varios escritores ilustres allá por 1.890. Después de llamar varias veces al camarero y escudriñar otras tantas la carta de tapas se dispone a dar cuenta de la cerveza, el adobo y los boquerones fritos. Enfrente de la calle una chica joven y sucia toca la flauta. Mal. A su lado un pobre pide monedas. Como nadie se acerca a la pequeña gorra recaudadora el pobre se dispone a pasarla entre las mesas de la terraza. Sin éxito. El viajero cae en la cuenta del origen del dicho: vivir de gorra. El pobre huele muy mal y está muy sucio. La flautista está igual de sucia que el pobre y no huele mal porque está más lejos, pero como se acerque a pedir por las mesas olerá muy mal. El viajero está prácticamente seguro. La flauta esta sucia y el sonido es parecido al que produciría un bebé al que le hubieran regalado una flauta nueva. En las orillas de la Calle de las Escobas hay varias hileras de naranjos en flor. Es primavera. El viajero pidió una cerveza fría, un adobo caliente y unos boquerones fritos. El viajero está tomando una cerveza caliente, un adobo frío y unos boquerones carbonizados. El viajero soñaba con escuchar algo de flamenco de fondo mientras respiraba el aroma del azahar. Por la Calle de las Escobas se pasea la Flautista de Hamelin, Los naranjos no huelen a nada y al fondo de la calle resuena un martillo neumático... La temperatura es muy agradable y es preferible pasear a tomar un taxi. Despacio emprende el recorrido hacia el Hotel, pasando la vista por las torres de la Catedral. Varios pobres le abordan por el camino pidiéndole algunas monedas. Llega a la habitación del Hotel y lo primero que hace es encender la televisión. No es que al viajero le importe mucho lo que ponen en Canal Sur o en cualquier otro canal porque entre otras cosas no le presta ninguna atención. El técnico ya desde hace algún tiempo, necesita tener constantemente una fuente de sonido activada, como la radio, la televisión etc. Al técnico le parece a menudo que el silencio completo es síntoma de que algo no funciona. El técnico necesita percibir una fuente de audio aunque sea de fondo para, inconscientemente, estar tranquilo. Cuando esa fuente de sonido se corta por cualquier motivo, automáticamente el técnico se desestabiliza creándole inquietud. Son las 24:h y el viajero se dispone a descansar con su leve sonido de fondo. Mañana será otro día...