
28 de noviembre de 2005

28 de octubre de 2005

28 de septiembre de 2005

28 de agosto de 2005

28 de julio de 2005

28 de junio de 2005

Entre unas y otras disquisiciones va pasando el tiempo y el técnico vuelve al mando de una instalación pensando en la cantidad de horas que se pasa esperando el comienzo y el final de una reunión, congreso, o conferencia magistral. El III Seminario Internacional sobre Implantología y Técnicas Protésicas Dentales se celebra el día 22 de Junio de 1.996, fecha que por otra parte no tendría ningún significado especial de no ser porque en ese día se disputa en Inglaterra los cuartos de final de la Euro copa Continental de Fútbol, que enfrenta a las selecciones nacionales de España y Reino Unido. El programa del Seminario sufre algunas modificaciones y como el partido comienza alas 16´30 h. todos los participantes piensan que sería más interesante presenciar el partido por televisión que asistir al III Seminario Internacional sobre Implantología y Técnicas Protésicas Dentales. El especialista francés que imparte el curso solo tiene a cuatro personas en la sala, a saber: dos intérpretes en la cabina; un técnico de simultánea en el control y una mujer aspirante al título de Protésica Dental a quien no le importa ni un carajo los cuartos de final de la Euro copa Continental de Fútbol que enfrenta a las selecciones nacionales de España y Reino Unido. El técnico ante este panorama opta por anular la megafonía, dada la ausencia de público, y dar una cabezadita apoyando la cabeza entre las manos, técnica que por otro lado no le es en absoluto desconocida.
28 de mayo de 2005

El conserje de la Mutua Generali de Seguros de Barcelona se llama Jordi. Cuando el técnico se presentó en Barcelona para realizar la instalación aquel lunes de junio, el conserje estaba muy preocupado por conocer el estado de ánimo del técnico al haber perdido el Real Madrid contra el Barcelona. Don Jordi, conserje de la Mutua Generali de Seguros, no tiene ni la más remota idea de la importancia que le da el técnico a esta serie de eventos deportivos. Una vez en el salón de actos y habiendo descargado todo el material el técnico tiene el gusto de conocer al Jefe de Mantenimiento de la Mutua Generali de Seguros. __Bona tarda. __Buenas, soy el técnico de traducción simultánea; Pedro Ramos. __Esta vez les hemos ganado en Madrid. __Si. __Soy Jordi Punset. __Mucho gusto. __ ¿Donde colocamos la cabina? __De cualquier forma el Madrid jugó muy mal... __Muy mal. ¿Puedo colocar la cabina allí detrás? __Bueno, hay que saber perder. __Si. Le contesta el técnico pensando que saber perder y tener más paciencia que el Santo Job deben ser las dos virtudes más importantes del ser humano. Al cabo de un buen rato aparece un individuo con una coleta en el pelo, un pendiente en la oreja y en las zapatillas de deporte mas roña de la que seguramente se puede almacenar en los pies después de pasear por una cochiquera de cerdos. El técnico no sabe donde fijar su mirada; si en la coleta, en el pendiente o en la roña de los pies. __Me llamo Jordi Molins. El técnico se lo estaba imaginando. __Yo no__ le contesta sonriendo. __Bueno, soy el técnico de la traducción simultánea y he terminado de montar. __He venido por si necesitaba algo. __Ya no, muchas gracias. __Bueno pues entonces adeu. __Adiós, adiós. El técnico ha tomado mejores escalibadas que las que preparan en el Restaurante Bugatti, en el 234 de la Avinguda Diagonal pero también ha dormido en mejores habitaciones que las del Col.legi Major Penyafort- Montserrat por lo que se puede deducir que en esta ocasión no va a encontrar ningún aspecto notable en su estancia en Barcelona.
28 de abril de 2005

28 de marzo de 2005

28 de febrero de 2005

Es una noche oscura de otoño y fresca. El viajero se siente flotar en aquella inmensidad. Una especie de avioneta o hidroplano parece acercarse lentamente hacia el lugar donde se aferra a algo parecido a un flotador alargado de color brillante. El sonido que produce el avión no es el de una hélice ni siquiera el que produciría cualquier motor. Es un ruido especial que el técnico intenta localizar en algún lugar del océano. No se escucha sin embargo el ruido del mar. El ruido de las olas encrespadas. Pasa el tiempo muy despacio. . . En el preciso momento de abrir los ojos el técnico recorre toda la habitación con la mirada pero sin mover un solo músculo. Si, es martes, son las cinco de la mañana y hay una reunión en el Hotel Eurobodrio y otra en el Villamanía. Al dar un par de vueltas en la cama, para intentar dormir una hora más, el técnico se enreda entre las sábanas. Es inútil, después de la noche en el mar no hay forma de conciliar el sueño. Se levanta despacio pues tiene mucho tiempo. Se ducha despacio y despacio va preparando una tostada de mantequilla y mermelada amarga a la vez que calienta el café en el microondas. Tiene mucho tiempo todavía y se lo toma con mucha tranquilidad. Piensa que es buena ocasión para buscar un buen lugar para aparcar a las horas a las que es prácticamente imposible hacerlo. Como siempre que no tiene prisa consigue aparcar en el mejor sitio de toda la calle y piensa que lo mejor es escuchar la radio en el coche mientras se hace la hora de entrar al hotel. Al cabo de media hora piensa que podía ir subiendo, localizar al maître para abrir el salón, probar todo con calma etc. Cuando llega al salón la puerta de acceso esta abierta y la mesa del control completamente cambiada de lugar. Con no poca extrañeza el técnico comienza a realizar las tareas habituales de comprobación y chequeo del equipo. Una vez que termina de conectar los aparatos se dispone a probar los micros. Enciende uno de ellos y lejos de oírse bien, produce un ruido insoportable. Prueba otro y... lo mismo. Convencido de que hay un problema y no está en los micros se dirige a la mesa de control para comprobar los micros inalámbricos. Conecta, habla y... el mismo ruido entrecortado. Comienza a preocuparse. Las consolas de los intérpretes tampoco funcionan bien. La columna auto amplificada tampoco funciona. La fuente de alimentación no responde... El tiempo va pasando mientras el técnico decide parar un momento, relajarse __al fin y al cabo todavía tengo tiempo__ y comprobar detenidamente aparato por aparato. Comienza por el mixer y al intentar levantarlo de la mesa para mirarlo por debajo nota sorprendido como si pesara más de la cuenta. Lo inclina hacia un lado y comienza a salir agua de una forma loca. El técnico no se lo puede creer. Rápidamente apaga todo el equipo, desconecta y procede a comprobar la fuente de alimentación... agua, agua, más agua. El Hotel Eurobodrio debe tener alrededor de 17 o18 pisos. El Hotel Eurobodrio debe tener alrededor de 18 o 20 salones. El Hotel Eurobodrio debe tener alrededor de 400.000 metros cuadrados de superficie de salones. EL Hotel Eurobodrio lo ha comprado la cadena NH. Y ha hecho obras de remodelación. La mesa de control del técnico ocupa alrededor de 1 metro cuadrado en el interior del salón Atenas (antes Hermitage - A). En el Hotel Eurobodrio hay una gotera, solo una gotera que ha estado descargando exactamente encima de la mesa donde el técnico tenía su equipo montado. Existían alrededor de diez millones de posibilidades distintas de que la gotera se aliviara en cualquier otro lugar pero no, eligió el metro cuadrado de la mesa del control. El tiempo no se detiene, desgraciadamente, y el técnico no deja de mirar el reloj mientras armado con un gran secador de pelo que ha desmontado de una de las habitaciones del hotel, intenta secar las tripas de los aparatos afectados. El cliente aparece por la sala unos minutos antes del comienzo de la reunión, pasa al lado del técnico y sigue de largo como si la cosa no fuera con él. La maniobra de secado finaliza coincidiendo con el comienzo de la reunión. El técnico se pasa la mañana cruzando los dedos y esto parece que da resultado. Al finalizar la conferencia el cliente se dirige directamente al técnico felicitándole por el éxito de la reunión e invitándole a tomar un aperitivo con los organizadores. El técnico agradece el gesto pues después del estado de nervios podría acabar con dos botellas de Martini Seco en pocos minutos. Una vez alrededor del bufete el técnico piensa si este tío no se ha enterado de nada cuando se le queda mirando a los ojos y pregunta con acento argentino: __ ¿Le puedo preguntar algo? __ Por supuesto. __ ¿Es que el equipo suyo para que arranque nesesita precalentarlo antes del comienzo...? __ Por supuesto.
28 de enero de 2005
