10 de mayo de 2008


Como has podido hacernos esto.

Todos tus viajes increíbles nos daban envidia pero nos resignábamos a quedarnos en tierra. Pero en este último me cuesta más que nunca no acompañarte. Donde estés quiero estar contigo, compañero. Si siempre fuimos dichosos a tu lado, por que no seguir contigo aya donde te encuentres. Cuando tus cenizas sean esparcidas por los paisajes que adorabas, yo quiero estar contigo. Nos has dejado realmente, pero virtualmente no lo consentiremos, seguirás con nosotros. Nos ofreciste una amistad real y divertida hasta en los momentos mas duros de tu vida y ahora de golpe y porrazo nos lo arrebatas.

Como has podido hacernos esto.

Nos dejas huérfanos de tu cariño en el peor momento, cuando más te necesitábamos.
En que estarías pensando cuando dejaste de luchar. Si en otras ocasiones lo conseguiste, por que no ahora?
Nos ofendes con tu desaparición, después de haber estado acostumbrados a ti durante tanto tiempo.

Como has podido hacernos esto.

En el momento justo en el que se dormía tu corazón sentí que un trueno rasgaba el cielo oscuro y un diluvio de saltantes me atenazaba la garganta.
Nadie volverá a preguntarte nunca ¿que son saltantes? La respuesta solo tu la sabías.
Cometiste el error de ser entrañable y no te puedes imaginar el daño que nos has hecho.
No quiero volver a conocer a alguien como tú para que al final se vaya y me haga sufrir de nuevo.

Como has podido hacernos esto.

Dime que solo eres un cabronazo, que nos estas tomando el pelo otra vez. Dímelo, Dolfo, porque este último viaje también, para mí, es increíble.

Y si no es así, confío en que aya donde estés, tengas buena cobertura para poder escuchar a toda la gente que te tiene que seguir hablando de tantas cosas, compañero del alma, compañero.
"Albedo"
Madrid, junio de 2008